Los científicos esperan que para septiembre ya pueda estar disponible la cura contra el virus que ha matado a más de 200.000 personas en todo el mundo.
Los investigadores de la Universidad de Oxford confirman que están a un paso de alcanzar la cura contra el COVID-19, luego de que se hayan obtenido excelentes resultados en monos, y que la vacuna fue inyectada con éxito en una paciente en Italia.
El jueves de la semana pasada empezaron los ensayos clínicos en humanos. Concretamente los ensayos demostraron la eficacia de una vacuna para combatir el MERS, una enfermedad respiratoria grave causada por un virus estrechamente relacionado al Covid-19. Eso ha permitido acelerar los ensayos y programar una nueva vacuna contra el coronavirus a unas 6.000 personas voluntarias sanas en mayo, con la esperanza de demostrar que la vacuna es segura y eficaz, dos condiciones imprescindibles para que su utilización sea aprobada en todo el mundo.
El proyecto de la universidad de Oxford cuenta con un fuerte respaldo del gobierno británico: fue el ministro de Sanidad, Matt Hancock, quien anunció el comienzo de las pruebas en humanos.
La vacuna que están desarrollando los investigadores de Oxford se basa en un adenovirus modificado que afecta a los chimpancés. "Genera una fuerte respuesta inmunológica con una sola dosis y no es un virus replicante", por lo que "no puede causar una infección continua en el individuo vacunado". Esto la hace "más segura para los niños, los ancianos" y los pacientes con enfermedades subyacentes como la diabetes, explican los investigadores.
El proyecto de la universidad de Oxford cuenta con un fuerte respaldo del gobierno británico: fue el ministro de Sanidad, Matt Hancock, quien anunció el comienzo de las pruebas en humanos.
La vacuna que están desarrollando los investigadores de Oxford se basa en un adenovirus modificado que afecta a los chimpancés. "Genera una fuerte respuesta inmunológica con una sola dosis y no es un virus replicante", por lo que "no puede causar una infección continua en el individuo vacunado". Esto la hace "más segura para los niños, los ancianos" y los pacientes con enfermedades subyacentes como la diabetes, explican los investigadores.