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El aniversario de una partida: Fruto Vivas y la Flor de Venezuela

Sus manos, hábiles como las de un artista y tenaces como las de un alquimista, dieron vida a monumentos que desafiaron la gravedad y la imaginación.



En la remota tierra de La Grita, un rincón en el vasto mapa de Venezuela, nació Fruto Vivas. Las fechas, siempre renuentes a ser ignoradas, señalan a 1928 como el año de su nacimiento. El tiempo, implacable como un río en curso, lo llevaron a recorrer los pasillos de la Universidad Central de Venezuela, otorgándole el título que sería el timón de su existencia: arquitecto.


Los pájaros que presenciaron su graduación, aún ocultan los ecos de los sueños que aquel joven arquitecto albergaba. Sus manos, hábiles como las de un artista y tenaces como las de un alquimista, dieron vida a monumentos que desafiaron la gravedad y la imaginación. Entre todos, La Flor de Venezuela, una estructura que desafía a la naturaleza misma, al abrir sus pétalos mecánicos en una danza que conjura la ilusión de una flor que florece perpetuamente.


Los laureles, como hojas doradas caídas del árbol de la fama, reposaron en los hombros de Vivas. El Premio Nacional de Arquitectura de 1987 encontró en él un merecido receptor.


El título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Nacional Experimental del Táchira fueron como medallas que jamás se corroerán.


Y en el año 2014, un Premio Iberoamericano coronó su trayectoria de más de seis décadas en el oficio arquitectónico. Un legado tallado con destreza en la piedra de la innovación y la sustentabilidad.


La prosa del tiempo revela que Vivas, en 2022, se despidió de este mundo a los 94 años. Pero su partida fue solo el comienzo de su viaje a través de las palabras de admiradores y herederos de su legado. 


Cada estructura que imaginó y construyó es un capítulo en el cuento de la arquitectura venezolana. Las líneas y los ángulos que trazó, más que simples edificaciones, son los espejos de su espíritu inmortal.


Así, mientras las flores continúen abriendo sus pétalos y los edificios desafíen al cielo, el nombre de Fruto Vivas persistirá en las historias de este rincón mágico llamado Venezuela.


Texto: Andy Barrios

Foto: Drones Venezuela



El Club Táchira (1955)
Foto: Lechería Hoy 


Fruto Vivas en el Club Táchira 
Foto: Revista Entre Rayas 




La Flor de Venezuela (2008) 
Foto: Oscar Abarca 


Flor de Venezuela 
Foto: Luis Ra



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